1.-VUELO A CHINA

23  Junio 2010 

Bien, pues toda esa ansiedad del momento anterior al viaje ha desaparecido desde el mismo momento que llegué al aeropuerto y me subí al avión.

British airways es el vuelo  más barato que había en el mercado en estas fechas: 830 euros ida y vuelta Málaga-Londres-Pekín, 14 horas de vuelo, mas la escala de 3 a 5 horas en Londres.  El visado a China lo tramitó la misma  agencia de viajes ( viajes Barceló , calle Méndez Núñez de Málaga, donde tengo una amiga de la infancia que atiende de lujo…: Alicia, una persona magnífica ) y, por cierto, el dichoso visado, nada barato, 130 euros, la agencia, mensajería etc.,  pero bueno, es lo que hay. El Gobierno chino está convirtiendo visitar su país en un pequeño lujo….

Málaga-Londres correcto, casi tres horas y Londres-Pekín agradable, a pesar de las 10 horas de vuelo. Sales de día de Londres y llegas de día a Bejiing, sin pasar  noche,  pues viajas hacia el este, cambia la hora y prácticamente no duermes….Tal vez un par de horas…Se mezcla desayuno con almuerzo y termina con un tentempié que en realidad es la cena-desayuno otra vez……Total, que se cambian todos los ritmos internos,            ( ritmos circadianos) de comida, sueño, etc…

Y aquí empezó ya mi periplo gastronómico: 1ª comida, arroz blanco con una salsa roja que olía bastante raro….. 2ª comida, una especie de desayuno, servido a las 2 de la madrugada hora española, para China eran las 8 de la mañana….fideos ( noodles) con champiñones, mas salsas de colores de olores horribles, una especie de yogur con una magdalena, y una ensalada… Para desayuno no está mal… Y, cómo no, mucho té. Prácticamente todos los pasajeros eran chinos… Locos todos con sus consolas, sus  teléfonos móviles… Ellas con calcetines-medias  y tacones, super-barbis  princesitas y ellos con sus pelos con laca y  sus gafas de pasta, muy frikis todos, y los más mayores algo más discretos, vestidos a la europea con ropas de marca falsificada, Dolce Gavana, Giorgio Armani, Adidas etc…

La llegada al aeropuerto de Beijing es impresionante. Inaugurado en el 2008 con los Juegos Olímpicos, tiene varias plantas,  de unas proporciones inmensas, pasillos interminables, salas de espera para miles de pasajeros y lo que más me sorprendió: un chequeo de seguridad en toda regla, con un ejército de hombres y mujeres vestidos de negro, cacheando, pasando el detector de metales con una profesionalidad, rapidez y eficacia que ya me gustaría ver a nuestro país. Todo el personal uniformado estrictamente de negro parece formar parte de una coreografía perfecta, como un pequeño ejército de hormiguitas donde todos se mueven como si lo hubieran ensayado, como si nada estuviera improvisado. Todo se hace con eficiencia, no hay largas esperas y el personal es amable, a pesar de la tarea de abrirte la mochila y dejarte “medio en pelotas.”

Desde España había reservado el vuelo de Pekín a Chengdu por Internet, www.elong.net vuelos baratos en el interior de China. Por poco más de 100 euros volé entre las dos ciudades. Página recomendable.

Me encontraba cansado y con mucho sueño por el síndrome del Jet-lag por lo que el viaje de Beijing a Chengdu, 3 horas, lo pasé casi entero medio-durmiendo. Sólo desperté para comer una tercera bandeja, esta vez de nuevo arroz con más salsas, té y poco más.

A mi llegada a Chengdu en el sur de China, en la provincia de Sichuan ( Tíbet)  me estaba esperando mi colega Santiago, que ya se conoce esto de otras ocasiones y llevaba aquí un par de meses, vagabundeando por los alrededores. Me ha gustado el detalle ese de que alguien me esperase en el Aeropuerto….Hacía años que no me ocurría y, oye, que es agradable,  como mas “cálido”….Y es que  a veces es un poco triste  llegar a un destino y coger un taxi o autobús, y así una y otra vez, sin recibimientos con flores, ni abrazos ni “ ná”….

Entre horas de vuelo y esperas para trasbordos, se echan 24 horas completas de viaje.

La ciudad, considerada mediana en China, tiene unos 10 millones de habitantes, 4 millones de ellos en la misma  ciudad, el resto en el área metropolitana… O sea, que para nosotros una bestialidad. El trayecto a la ciudad en taxi es de 20 kilómetros. Y cuesta 4 euros… No está nada mal, la verdad. El cielo encapotado, como en Beijing, pareciera que nunca se ve directamente el sol, unas avenidas enormes, millares de vehículos, bicicletas, motos eléctricas “a mogollón”, gentes caminando y comiendo en cualquier esquina, edificios  impersonales y gigantescos, etc… La primera impresión es la de permanecer un par de día o tres para sacar los permisos para visitar el Tíbet y salir volando de esa enorme ciudad, con una actividad frenética y sin ningún encanto para mí a priori.

Un paseo por algunas zonas céntricas, lo justo para desentumecer el cuerpo tras el viaje y para intentar conseguir melatonina, que es una sustancia que no se puede adquirir en España, ni siquiera en Londres y que en este país la encuentras sin problemas. La suelo tomar en los viajes para amortiguar el desfase horario (Jet-lag) de los viajes en los que se cruzan varios husos horarios y para ayudar a sincronizar de nuevo todos los ciclos internos, sobre todo el del sueño, y adaptarme lo antes posible al lugar y los nuevos horarios. Aunque, para ser sincero, nada como una cervecita por la noche a la hora de la cena, para dormir “bien” y sincronizar esos desfases….

Por la noche, cena en un restaurante pequeñito típico de  gente humilde, donde ingerimos más arroz, fideos, algunas verduras y unas hojas como de un árbol, con cacahuetes, bañado todo en una especie de salsa de soja agri-dulce. No hay cubiertos occidentales, tan sólo los dichosos palitos… Decir que me costó un poco y que dejé la mesa un poco sucia, pues se me caía bastante comida al principio… Y de momento, con tanto arroz,  digamos que estoy algo “estreñío”… Lo mejor, el precio de la cena: 3 euros, los dos…!!!!

El hotel no está mal, en la zona céntrica, un barrio llamado Wuhocit, es una especie de albergue para mochileros chinos, sin demasiado ruido, correcto en el trato y las instalaciones con todo lo mínimo necesario, es decir, una cama limpia, agua corriente, luz eléctrica, inodoro occidental ( no ese típico agujero apestoso en el suelo… frecuente en Asia…) sábanas limpias y la posibilidad de darte una ducha calentita, lo cual a veces es un lujo, y seguro que probablemente no encuentre mas adelante unas instalaciones como éstas. La habitación doble, 15 euros por noche. Ah! Internet gratis….

El cansancio y el sueño se han apoderado de mí. Apenas me quedan fuerzas para seguir estas líneas. Mañana todo será diferente, tendré más energía y estaré más lúcido…

Buenas noches.