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Miércoles

Traficantes. Hay traficantes de armas, traficantes de drogas, traficantes de órganos, traficantes de personas y traficantes de emociones.

Mi enlace-contacto es un traficante de esta última categoría. Un vampiro. Un tipo que trabaja más con el pico que con la pala, como decimos en Málaga. Un indeseable.

Tal vez un superviviente. Un africano corriente y normal que identifica a cualquier blanco con un rico. Porque aquí cualquier blanco de clase media e incluso de clase baja y muy baja, es un rico. Lo voy a disculpar por eso. Porque aquí la vida es muy dura, muy cruda y muy al límite de lo que se considera un mínimo estándar razonable de vida. Aquí en África, en Asia y en Suramérica, el mínimo no lo alcanzan centenas y yo diría que miles de millones de seres humanos. Y eso son muchos seres humanos.

Lo cual no quita que se aproveche no solo del dinero de mi amiga a quién sangra adecuadamente cada equis tiempo, sino lo que es peor, que el tipo trafique con sus emociones, con su corazón, con su buena fe, con su generosidad. Y lo que es peor y lo convierte en un auténtico hijo de puta, que trafique con las emociones de una niña de su propia raza, de su propio país y de su propia etnia.

Aquí en África la piedad no se ve demasiado. Cualquier cosa y circunstancia se usa para sobrevivir. Para alcanzar el mínimo de humanidad, el mínimo de dignidad. Porque aquí muchos de sus 84 millones de habitantes, viven con menos de 1 euro al día. El solo decirlo me hace sentirme un miserable……

Mi contacto es etíope. No voy a desvelar su nombre, pero si lo voy a describir, aunque no lo identifique.

Un tipo de mediana edad, educado en Cuba en los 80, habla perfectamente español. Un auténtico pícaro al más puro estilo Lazarillo de Tormés. Un busca vidas. Un superviviente nato.

Tiene 5 hijos de 3 mujeres diferentes. Eso supone obviamente muchos problemas, muchas bocas que alimentar, muchos motivos para desplumar a una mujer blanca con una holgada posición económica y un corazón que no le cabe en el pecho. Y digo esto, porque el día que fui a su casa a recoger la maleta púrpura, la documentación así como el dinero de mis gastos, me entregó una cantidad de dinero de manera generosa, para la madre biológica de su hijo adoptado, para la madre biológica de la niña que quería adoptar, para la cuidadora hace 3 años de la niña, medicinas y un sinfín de buenas intenciones. En fin, una tía generosa, que gana y que reparte sin ningún empacho…..

El tipo me recoge a las 9 de la mañana en mi hotel. Nada más llegar me empieza a contar una milonga sobre sus gestiones. Me dice que hoy queda todo resuelto y que mañana bajamos al sur a por la niña. Me dice que ha hablado personalmente con la tal Silvia, la funcionaria de la embajada española, que tiene su teléfono privado y que le ha dicho literalmente que en cuanto volvamos con la niña tramitará el visado de manera discreta.

Yo alucino en colores, pero le sigo el rollo. Desprovisto de vínculo emocional, no me la mete, ni con ni sin vaselina. Lo veo venir, es un mentiroso compulsivo, en embaucador. Está desesperado.

Una semana antes de mi llegada ya le sacó 400 euros extras a mi amiga que disciplinadamente le envío por Western Union, sabiendo que yo llegaría en unos días, Estaba ya preparándose por si destapaban su auténtica personalidad. Mi amiga soltó la pasta sin rechistar. Llorando y todavía con algo de esperanza. Pago otra vez.

Le invito a un café y salimos del hotel. Nos metemos en el coche y vamos a la gasolinera. Me pide dinero para gasolina y revisar el coche. Accedo, unos 30 euros, me parece razonable.

Visitamos un taller destartalado donde en 10 minutos le hacen una ITV a la africana y tiramos millas.

Vamos a Nazret ( en amariña) o Abama ( en oromiya), una ciudad situada a 80 kilómetros de Addis.

En Etiopía se hablan unas 100 lenguas. El amariña es el oficial, y luego todos los demás. Algo similar a las distintas lenguas cooficiales en España…, o como se diga. Uno ya no sabe si ofenderá diciendo lenguas, dialectos, oficiales, cooficiales, o como no moleste a las distintas sensibilidades…., como se dice ahora.

Enfilamos una autopista de pago como las europeas, salvando que de vez en cuando hay que reducir drásticamente la velocidad por burros sueltos o camiones con remolques transportando contenedores marítimos desde los puertos situados en la vecina Jibouti. Etiopía no tiene salida al mar. La perdió en su guerra civil con Eritrea.

Llegamos a Nazret-Abama donde hace màs calor que en Addis ( está situada a 2.500 metros de altitud, hace fresco y ahora es temporada de lluvias), estacionamos y nos metemos en un bar de mala muerte.

Imposible no ir al wáter a echar una ojeada.

Porque los baños y los coches africanos merecen una atención aparte sobre todo los demás.

En África, Asia y Suramérica el estándar el wáter típico alcanza unas cuotas tan patéticas que el último que visitas supera siempre al anterior. Mierda por todos lados, hablando claro, un olor nauseabundo y una estética realmente incalificable.

A los coches, camiones, furgonetas y motos, les ocurre lo mismo. Se podrían hacer enciclopedias fotográficas solo con los wáteres y coches de lo que llamamos el Tercer Mundo.

Luego nos dirigimos a un hotel de lujo donde Naciones Unidades y otras organizaciones occidentales de desarrollo se reúnen con diversos actores locales a darse un atracón de comida a costa de los fondos europeos de cooperación y de la administración etíope, para resolver cómo se van a gastar una cantidad indecente de pasta que ha sobrado de los presupuestos del curso que termina dentro de dos meses y planificar el curso siguiente. Esto pasa desde que el hombre es hombre y pasa en todos los países subdesarrollados del mundo, y en especial en la administración española…., dicho sea de paso….Vamos a gastar lo que sobre para que el año que viene, nos den la misma cantidad y no menos. Y aquí en África si hay que comprar 10 Toyotas LandCruise último modelo, se compran, se le pone el escudo de UN o cualquier otro y a tomar por saco si se siguen muriendo cantidades indecentes de niños por estas tierras. Amén.

El contraste de este hotel con el wáter que acabo de ver es sideral. Una obscenidad en 50 metros. Dan ganas de llorar a cada paso, la verdad.

Grandes extensiones de césped, carpas gigantes y cantidades indecentes de comida. Muchos funcionarios atiborrándose y con aspectos de auténticos marranos.

Nos sentamos y pedimos el almuerzo. Lujo a todo trapo. A los pocos minutos aparece el supuesto alto mandatario corrompido que esperábamos. El tipo charla amistosamente con mi contacto, luego se dirige a mí y me hace preguntas personales. Buen aspecto, buena educación y buen puesto de trabajo. Un gentleman etíope. Un mierda.

Termina y se marcha con un cordial saludo.

Mi contacto ahora me explica que hace falta otro papel de otra administración, que ha habido un problema en el procedimiento, que hay que hablar con el vice ministro de no sé qué, con la Agencia de Mujeres de Oromía y con el fiscal del caso de mi amiga, que hay que untar pasta en inmigración y que incluso quiere sobornar a alguien en el juzgado para hacer desaparecer el expediente. Así, de un plumazo.

Y bueno, le digo, entonces para qué coño le día ayer 150 euros para sobornar a un funcionario de alto rango, cuando este gili es el secretario de la secretaria de no sé quién….? El tipo empieza a contarme una milonga, a inventarse una historia sobre la marcha, que no se sostiene, algo injustificable. El tipo me miente descaradamente.

Yo me hago el tonto por no reventar el asunto y porqué hay una niña de por medio.

Volvemos a Addis por la misma autopista lloviendo a mares. Tardamos 3 horas, el tráfico es infernal, camiones rotos por cualquier calles, torrentes de agua destruyendo pavimento, aceras, bajos de los edificios. Suciedad, barro, fealdad por doquier. Todo es oscuro, la lluvia implacable y el tráfico horrible. Hemos tardado una y media en entrar a la ciudad. Un horror.

Me dejan en el hotel y me citan a mañana que iremos a ver a otro alto funcionario, al vice ministro, al fiscal del caso y al embajador de Uruguay que tiene influencias en Inmigración para borrar a mi amiga de la Black List de personas pendientes de procesos judiciales en el país, terroristas y demás personas non gratas.

Flipo en colores. Y llamo a mi amiga. Le cuento el día de hoy y que lo voy viendo cada día peor. Que no veo el día de llegar a la niña. Que en dos años de proceso y llevados gastados unos cuantos miles de euros con este cabronazo no ha conseguido absolutamente nada. En 27 horas pasadas con el tipo, gastados 300 euros en nada de nada, ya me he dado cuenta que el tipo es una auténtico depredador emocional. Un artista del cameo.

Un grandísimo hijo de puta….

Mi amiga insiste en que aguante el tirón. Que de lo que pida y que no puede ser que mienta tanto…..

Me dice que se ha inflado de llorar con mis conclusiones. Que está hundida pero que por favor siga…..Por la niña…..

Me voy a la habitación y me pongo a llorar…..

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