27.-Viaje al Gobi.-Parte 1: Hostil, inhabitable, desolador…
Hemos hecho amigos en Ulaan baatar. Casualmente españoles, con quién mejor hemos conectado. Nuestro amigo el ciclista de Zaragoza, Isaac, con quién pasamos dos días completos por esta ciudad a caballo entre la descomposición y la modernización, buscando una rueda para su bicicleta sin poder conseguirlo y otro españolito que nos encontramos casualmente en una agencia de viajes que organizaban tours por el desierto, madrileño, Álvaro.
Hablar de Mongolia es difícil y a veces en realidad no sabes muy bien por donde empezar, ya que es un país de grandes contrastes, fundamentalmente nómada desde hace siglos, y ver a un millón de nómadas encerrados en una ciudad como esta pues es simplemente surrealista y produce sensaciones contradictorias y extrañas.
Los mongoles conquistaron medio mundo durante la época de Gengis Khan, llegaron hasta Europa y se volvieron….No sabían lo que hacer y como vivir en las ciudades y regresaron a sus estepas, porqué aquí fundamentalmente lo que hay son eso, espacios vacíos y abiertos, sin un solo árbol. Miles de kilómetros, con matojos, hierbas, millones de cabezas de ganado como caballos, vacas, cabras, ovejas y camellos….Muchos mas que mongoles, como siete veces mas.
La única ciudad por así llamarlo de este país es Ulaan Baatar donde viven un millón de almas, de un total de tres millones. Es como si en España vivieran en total 1 millón de habitantes, y 400 mil viviesen en Madrid. Un núcleo super poblado y el resto totalmente desierto. Un pequeño delirio de verdad, al menos para nuestras concepciones sociales.
Total, que junto a los otros dos españolitos decidimos contratar un tour de 8 días por el desierto del Gobi, uno de los mayores y más áridos del mundo…En realidad no sé porque hacemos estas cosas, pero el caso es que el personal que te encuentras está como tú y terminas por ir a un sitio realmente hostil, inhabitable y desolador….
Freud y su psicoanálisis igual nos lo podrían explicar…..En mi caso es algo ya extremo, pues en los últimos 13 meses, he visitado el desierto del Ruba al Jali ( en la península Arábica), el desierto de Simpson en Australia, el desierto del Sahara en Marruecos-Argelia y este, el desierto del Gobi……, no sé porqué esa fijación por estos lugares….
El caso es que no hay otro medio de visitar el país, y tienes que pasar por el aro de la agencia. Lo asumimos y contratamos un vehículo 4X4 con conductor, que viene a costar unos 45 euros al día, sin gasolina y pagando el alojamiento del conductor. En principio seremos tres pues Isaac, el ciclista se apunta con nosotros pero para salir de la ciudad solamente, quiere pedalear aunque aún tiene problemas con la bici. Hemos conseguido un tipo en la ciudad que le haga una chapuza con uno de los radios de su bici, se lo han soldado y parece que podrá seguir su viaje. Álvaro el madrileño, mochilero, parece un tipo adaptable con unos cuantos países por el mundo a sus espaldas. La cosa pinta bien, en cuanto a compañeros de viaje.
Jornada 1.- Viernes. 23 de Julio
UlaanBaatar- Hustai ( parque nacional): 100 kilómetros de carretera asfaltada en buen estado. Se tardan unas 3 horas en llegar en medio de la estepa salpicada de Gers (tiendas tradicionales mongolas, redondas, hechas de fieltro y una estructura de madera) y algún que otra construcción cochambrosa.
En el parque nacional hay un complejo de Gers para turistas ( los llaman campamentos turísticos- Tourist Camp) adinerados, que no es nuestro caso, con bar lujoso, alojamiento en estas tiendas con camas y otras comodidades, para que el guiri pueda experimentar como es una tienda mongola , la vida al aire libre etc. El germen de lo que en el futuro será este país…un destino para ricos donde los lleven y los traigan, tipo safari africano, y vivir con todo lujo de detalles y comodidades en mitad de la estepa mongola. El parque nacional en sí no es demasiado espectacular. Mis colegas se fueron con un guía y el conductor a ver caballos y gacelas salvajes….Vieron 2 gacelas tras 4 horas de viajes por carriles infernales….
Al final no había sitio en el campus este, lleno de alemanes, franceses, americanos y holandeses y además era caro. Y nuestro conductor, “Tigre”, como el gusta que le llamemos, un hombre curtido, 61 años, moreno y gesto impasible, lleno de tatuajes marineros y emblemas de todo tipo en los brazos, una mezcla de Camarón de la Isla y el actor Morgan Freeman, hizo gestiones con una familia local y nos dirigimos al lugar de su Ger.
La familia despejó su vivienda y se fue a dormir fuera, al aire libre. Suelen cobrar unos 3 euros por persona. El ger humilde, limpio, auténtico, con varios pequeño aparadores, mezclados con ropa, botas de invierno, sillas de montar, una pequeña televisión, accesorios de cocina. Insistimos en que se quedaran dentro pero dijeron que no, que ellos gustan de dormir al aire libre ( en verano claro…) y además, es la costumbre.
El suelo estaba lleno de pequeño insectos, saltamontes, y otros animalitos voladores…Todo tuvimos que hacerlo a oscuras pues la luz los atraen…Había dos camas de madera, por lo que otros dos dormimos en el suelo, a pelo, tapados por los sacos de dormir. Hasta nuestro conductor se fue a dormir a la furgoneta…No soportaba los insectos.
Dormimos con la puerta abierta para que el Ger se aireara. Tardamos poco en dormirnos a pesar de los bichos, que se metían en el saco, por las orejas, recorriendo las piernas….No fue un sueño reparador, pero bueno, no estuvo mal. Nos despertaron los caballos que andan sueltos alrededor de la tienda y el fuerte sol…Y el viento. Tomamos algunas naranjas con la familia, algo de té, pagamos y nos despedimos. Gente muy maja.
Los mongoles que viven en la estepa son completamente diferentes a los que viven en la ciudad. Tranquilos, nada sofisticados y en armonía con la tierra, montando a caballo desde los 3 años, son jinetes expertos, se les ve alegres, a pesar de los duros y largos inviernos a 20 grados bajo cero….El año pasado murieron el 50% de los caballos del país por el frío….Parece realmente que esto, en invierno es un infierno, pero de frío y viento. Unas condiciones realmente duras, muy duras. Son todo lo contrario de los mongoles ex nómadas y ahora urbanitas….
Jornada 2.- Sábado. 24 de Julio
Hustai-Kharkorin ( antiguamente Karakorum): 240 kilómetros de estepa cada vez menos verde y mas arenosas…Se ven las primeras manadas de camellos perseguidos por un jinete que intenta reagrupar al rebaño. Algunos pastores han sustituido el caballo por la moto, lo cual le da un aire extraño a su labor….Es curioso ver a un pastor correr tras las ovejas o caballos en una moto…Como que no pega….!!!.
Dejamos a nuestro amigo el ciclista en la carretera, tiene “mono” de pedalear….Y allí lo vemos marcharse, ante la mirada atónita de los mongoles, con su malliot y culote de ciclista, su bici y su carro, sus gafas y su melena rubia al viento.
Y seguimos camino, por una carretera irregular, con asfalto pero muchos baches y cortes intermitentes, pasando a carriles arenosos que ralentizan nuestra marcha. El paisaje es monótono a más no poder. Apenas se ven rastros de vida humana, excepto manadas de caballos salpicadas por la estepa.
Llegamos a Kharkorin. Antigua capital del país. En el mapa del país aparece en grande, como una ciudad importante. Pues bien, es una zona indefinible…Una especie de ciudad consistente en casas de madera aisladas o tiendas Ger rodeadas de una empalizada patética de madera, algún campamento para turistas ricos y también para mochileros con menos poder adquisitivo. Carriles terrizos por todos lados y un pedazo de monasterio que no se lo merecen. El monasterio de
Erdene Zuu Khiid. Visita obligada previo pago….Yo con mis tatuajes budistas que muestro sin pudor ya, me dejan entrar sin pagar….Les hago señas como que voy a rezar, que soy budista y me dejan paso, como si fuera un guiri especial….. Trucos usados para evitar que estos que están en plena fiebre turística te desplumen en todos los lugares religiosos del país…Que
ya bastante hacen en la entrada de cada monasterio, museo y en las correspondientes tiendas de souvenirs, que por cierto, que ya no sabes si estás en un monasterio o en una tienda, con la fiebre comercial esta y esa manía de mezclar lo religioso con lo monetario…..
Al poco se levanta una tormenta de arena, mezclada con lluvia y una especie de barro. Y recibimos una llamada de nuestro amigo el ciclista. Le ha pillado la tormenta a 20 kilómetros de la ciudad y está refugiado en un edificio abandonado, en mitad del desierto. La bici no da más de sí, se le ha roto definitivamente…Que si le podemos rescatar. Y para allá vamos. Para él es el final del viaje en bici. Los carriles y el peso que lleva le han destrozado los radios de la rueda trasera y tememos que eso ya no tiene arreglo. Está un poco derrotado pues su meta era esa, recorrer el país en bici…Pero su buen humor le hace que se reponga, y decidimos cenar en un sitio bastante decente de esta ciudad realmente asquerosa.
Toca otro Ger y yo decido por aquello de tener algo de intimidad ( llevo 5 semanas acompañado a todas horas y eso para mi es mucho…..), me refugio en la habitación de un hotel también asqueroso cercano al campamento de tiendas.
Un hotel mongol es algo surrealista también, como el país, especialmente cuando está dedicado a los propios mongoles. El edificio por fuera parece estar abandonado. Por dentro algo mejor pero dejando mucho que desear. Recepción consistente en una mesa y relojes puestos en la pared que marcan la hora local, la hora en Washington, Delhi, Kuala Lumpur, Méjico y otras ciudades sin relación con el país….…Así como para darle un carácter internacional. El personal patético, esforzándose por parecer de ciudad, moderno, sofisticado, servicial pero algo rudos, poco amable y desconfiado…..
Las instalaciones algo lamentables, las habitaciones con humedades, camas viejas, sin mobiliario, cuartos de baño con un alicatado impecable pero con detalles sorprendentes, como cables del termo rozando el grifo, falta de enchufes, pegatinas en la pared de cómo utilizar un preservativo…Y esas cosas…Eso si, todos tienen una especie de sala de fiestas en la planta de abajo, con luces de colores, equipos de música imponentes, televisión de plasma y música a toda pastilla….Es la famosa sala de Karaoke…,que convierten el comedor en una especie de sala de fiestas-pub-bingo-puticlub…….Una auténtica monstruosidad importada de sus vecinos los chinos….Aquí y en el resto de Asia han entrado por el aro también y están todos locos con los karaokes y la música con el máximo de decibelios…
Me meto en la habitación, que al menos es tranquila, hasta las 12 de la noche, que aparece una tribu mongola, un “clan” con niños y abuelos incluidos…..,formando un escándalo acojonante, abriendo y cerrando puertas, correteos y voces por los pasillos, cocinando y comiendo en la misma habitación a esa hora…..En pleno jolgorio….,y lo peor….,que madrugan, y a las 7 de la mañana tienen la misma onda……Total que no puedo dormir bien y me levanto soliviantado. Una putada pues estaba ya casi acoplado y bastante cansado del viaje….
Y me recordaron un poco a España en cuanto al ruido, y me dije a mi mismo que estas gentes no están preparados para vivir en sitios cerrados, con habitaciones, ventanas, escaleras,.que son de almas libres, y que cuando se les mete en ciudades, se vuelven insolidarios, maleducados, y algo molestos……Todo lo contrario a cuando viven en sus Gers al aire libre, donde desde las seis de la mañana están sonriendo, jugando y de buen humor. Y empiezo a ver como aquí está ocurriendo con en todos lados…
Ya no quedan sitios puros. Todo está viciado y parece que……. La única solución de los vencidos es no esperar solución alguna….
Fenomenal relato, tio, como todos los que voy leyendo. Me alegra recordar esos momentos tan geniales. Desde la oficina y con un tono azulado fluorescente, recordar esas vivencias, a traves de tus relatos, me agrada muchisimo. Sigue asi compañero; eres muy grande!!
Sublime Antonio…………. queremos más. Un abrazo
Muy buena la descripción del contraste entre el mongol del Ger y el mongol de la ciudad.