3.- Chengdu: Imposible visitar Lhasa. ( Chengdu)

25 Junio 2010

Ha amanecido con lluvia. Una lluvia fina, suave pero constante. El cielo sigue completamente cubierto de un denso gris. Un día de esos bastante triste y pesado. Es el monzón.

 Se oyen voces fuera, en el pasillo. Son las 8 de la mañana, y he dormido como un tronco. Me adapto rápidamente a mi nuevo entorno. Mis ritmos circadianos  están ya medio sincronizados con los nuevos horarios. Sin duda la melatonina ha sido de ayuda regulando todo el metabolismo para facilitar el tránsito a los nuevos ciclos de noche-día.

Estamos a la espera de que lleguen mañana unos tibetanos conocidos a la ciudad y nos informen de la situación en la Región Autónoma del Tíbet. Tenemos pensado estar unos tres días más por aquí, haciendo gestiones y descansando un poco, pues los viajes por las montañas son exigentes; bastantes largos e incómodos, permisos para trekking por el Himalaya etc.  Por lo que no viene del todo mal disfrutar un poco de este pequeño lujo que es nuestro albergue con todas sus comodidades.

El día se alarga bastante, el tiempo corre de otra manera, como más lento, más circular, no tan lineal. El reloj pasa a un segundo plano. Lo único, que poco a poco voy perdiendo la noción del paso de los días, y ya empiezo a tener que consultar en qué día de la semana estamos y hay momentos en que me desconecto  y me cuesta trabajo identificar en qué ciudad estoy, sobre todo al despertarme por la mañana. Tardo unos segundos en despertarme totalmente, sobre todo porque duermo con tapones en los oídos y un antifaz puesto en los ojos por la claridad que entra por la ventana, quedando de este modo bastante aislado y en un relativo silencio, aunque aquí el silencio, o mejor dicho, la ausencia de ruido sólo la encuentras en las zonas de los templos.

Hoy ha sido un día de transición, sin nada importante que hacer. Hemos pasado la tarde intentando reservar un viaje a Lhasa, dada la imposibilidad de ir por libre, ni siquiera disfrazado de monje tibetano, así que la evidencia se ha impuesto, hemos aceptado las circunstancias y nos hemos lanzado de lleno a ir cueste lo que cueste.

La sorpresa es que vale una pasta, unos 4 días con los permisos, guía, 4 salidas fuera de la ciudad y hotel, unos 400 euros por cabeza,  incluido el avión. Todo es surrealista, pues no dejan ir de forma independiente, pero una vez en Lhasa ( y cobrada la pasta….) haces lo que quieres, sin poder salir fuera de la ciudad, por supuesto. Además, si no encuentras billete de vuelta te puedes quedar bajo control policial 2 ó 3 días como máximo. Todo en definitiva es para sacarte buena cantidad de dinero y que no veas nada por tu cuenta. No vaya a ser que veas algo “inconveniente”. Esa prepotencia de los estados totalitarios… Lo he visto en otros países.

Total, que haciendo cálculos hemos decidido no visitar Lhasa en esas condiciones impuestas, cínicas y abusivas. Se impone la prudencia, pues con éstos nunca sabes muy bien qué están pensando y qué te tienen preparado. Y hemos pasado la tarde trazando un recorrido alternativo al  Tíbet oriental  que no requiere permisos. En principio nos llevaría 2 semanas con la intención de pasar a Mongolia en el tren Transmongoliano, cruzar el desierto del Gobi y pasar al Irkutsk en la parte de Siberia (Rusia.) Tenemos el tiempo, el recorrido y el dinero que bien administrado nos tiene que durar unas 7 semanas (unos 1500 euros cada uno). Aquí todo es muy barato, hotel, comida y desplazamientos. Los problemas los plantea el gobierno chino con su falta de libertad, restricciones y abusos.

De hecho, hoy nos han bloqueado una página de Internet sobre cómo confeccionar una página web ( weebly) y hay miles de sitios bloqueados con filtros diversos, con lo cual aparte de hotmail, gmail y algunos más, nuestras opciones por la red para consultar datos sobre el Tíbet son limitadas. Nos han bloqueado hasta una foto del Potala (palacio del Dalai Lama en la capital del Tíbet) esta mañana, que estábamos intentando bajarnos… Patético, frustrante y bueno, que da mala leche. Son los “Police watchers” nos dicen.

Un detalle sobre “algunos” asiáticos:

Esta noche, cenando en el hotel no nos ha quedado más remedio que ver el partido de fútbol del mundial entre Uruguay-Corea del Sur. Había bastantes a favor de Corea y uno de ellos era coreano, simpático, desinhibido (no como los chinos que parece que están siempre un poco como cabreados con el mundo…) y para empezar invitó a todos los que estábamos a una cerveza. El tipo aplaudía hasta las ocasiones del equipo rival, es decir, Uruguay. Éstos empezaron marcando y el coreano, en un acto de honor, aplaudió también. Se puso eufórico cuando su equipo empató y volvió a invitar a cerveza, una por cabeza, y éramos bastantes  y cuando volvió a marcar Uruguay el gol de la victoria al final, el tipo, lejos de estar triste, sonrió, se levantó, aplaudió y se despidió uno a uno de nosotros…..

Acojonante el comportamiento tan civilizado de algunos seres humanos. Es realmente para descubrirse por su generosidad, amabilidad y caballerosidad. Tipos así te dan nuevas energías y una inspiración para tal vez modificar algunos comportamientos, y que más que la competitividad se puede uno inclinar hacia la colaboración, que de paso, no sólo queda más bonito, sino que además fomenta valores más nobles… Será cuestión de visitar Corea del Sur… porque parece que en la Corea del Norte está algo más complicado…