15. Manigango: El “culo” del Tíbet.

Nos marchamos al día siguiente hacía Manigango, que a la ida nos había parecido interesante, pues había un lago sagrado , el Yilhun La-tso, los glaciares del Trola de 6.000 metros, y estaba lleno de nómadas.

Cuatro  horas de viaje ( 4 euros el trayecto) por el mismo pico de 4.916 metros, el Trola. De nuevo volvemos a “acojonarnos” bastante, pues el trayecto es de infarto, y pensamos que en cualquier momento, un segundo de descuido, nos vamos “pá bajo”.

La llegada al pueblo es algo decepcionante. El hotel  el Yulong Shenhai Binguan, (binguan en chino significa hotel) es cutre, sucio, sin agua caliente, atendido de forma caótica. Tenemos que pedir que nos cambien las sábanas, pues nos habían puesto las mismas de los huéspedes anteriores. Nos sentimos un poco cansados de los trayectos y nos agobiamos un poco pues el pueblo es deprimente. Una calle sucia sin absolutamente nada de interés. Nómadas rudos y mujeres algo asustadizas, aunque todos la verdad se vuelven y si les miras, les sonríes y les saludas en tibetano, te ofrecen  una amplía sonrisa, algunos se acercan, te tocan como si fueras de otro material, te miran, se ríen entre ellos/as y el trato es siempre muy cordial. Con los chinos es diferente, son fríos, distantes, serios y muchos menos afables.

Ir al lago y ver algunos nómadas cuesta una pasta, nos intentan timar como buenos extranjeros que somos. Y además cae un chaparrón de granizo ensordecedor, con lo que aprovechamos para refugiarnos en el hotel a descansar un poco. Luego, aunque parezca increíble a estas latitudes, encontramos una sala de dos docenas de ordenadores e Internet….Abarrotada de jóvenes jugando a “juegos de guerra”, con la música a tope, fumando en una sala sin ventilación. Un pueblo que carece de gasolinera y un restaurante decente, tiene Internet, en pleno Tíbet. Algunas cosas son surrealistas en este país.

Paseamos locos por largarnos de ese lugar lo antes posible. Son de esos días que te encuentras mas serio, mas cansado y el panorama no acompaña. Te encuentras bloqueado en medio de la nada, en un pueblo que no ofrece nada interesante y bueno, aguantas el tirón, no todos los días pasan cosas interesante. Hacemos gestiones. Absolutamente nadie nos puede decir cuantas horas se tarda a nuestro próximo destino, Yushu. Sólo nos pueden decir, que pasa un autobús en el cruce de carreteras a las 7 de la mañana, y que para si hay plazas, y que si no, hay que volver al hotel y esperar al día siguiente, o coger un “Paoche”, esos vehículos en los que viajan hasta 9 personas y hacer 15 horas en su interior, a lo cual nos negamos rotundamente, pues es agotador y llegas completamente destrozado al destino. Así que realmente no sabemos a ciencia cierta si nos marchamos mañana. Dependerá de que no haya inundaciones, carreteras cortadas y cruzando los dedos por que haya dos plazas libres y que el autobús pare….